Victor Delhez
Jamás adhirió a modas y miró con desdén las nuevas corrientes no figurativas, aunque reconoció y ponderó a los grandes artistas que las animaron. De todos modos, es tan amplia su expresión, que en “Filigrana”, por ejemplo, hay síntesis abstracta, así como en otras obras incluyó el color. Por elección y porque se le imponía desde su inconsciente, buscó lo estable, lo permanente, renovando la figuración consagrada pero también -aunque con menor asiduidad- dejó los grandes temas y que señoreara lo mínimo, lo meramente lírico, y hasta incluyó la ironía. Su serie de árboles “indispuesto”, “apuesto”, “peripuesto”, “predispuesto”, etc. muestra un humor liviano que propone el ridículo como distensión, sin abandonar la perspectiva artística. Su obra -considerada internacionalmente- se sostiene no porque se base nada más que en una técnica fascinante, sino porque está indisolublemente ligada a una fuerte inspiración. Y el estilo característico, narrativo, detallista, inconfundible, de intenso d